Emojis

✿★☆✿

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La verdadera entidad del Asesino del Zodíaco [Zarak] en una entrevista

Bien aquí dejo una entrevista del supuesto Zarak en el plano del error 2.2, qué tuvo con un locutor Horacio Bermont, el Medium Jorge Olguín & Ron Hubbart que probaron qué el Zodíaco en realidad era de otro mundo...

La identidad del asesino sigue siendo una incógnita para la policía. El departamento policial de San Francisco declaró la investigación “inactiva” en abril de 2004 y reabrió el caso en marzo de 2007.
Para resolver definitivamente este enigma hicimos una sesión completa en la que se presentó el espíritu que cuando encarnó asumió el rol de quien luego fuera conocido como “Zodíaco”.

SESIÓN DEL 26/11/07

Médium: Jorge Olguín.
Interlocutor: Horacio Velmont.
Entidades que se presentaron a dialogar: Ron Hubbard, fundador de Dianética y Cienciología, y Zarak, entidad del plano del Error 2, quien cuando estuvo encarnado fue el llamado Asesino del Zodíaco.

Interlocutor: ¿Cómo le va, Maestro?
Ron Hubbard: Hay un ser que desea contactarse porque está… él conmigo no puede comunicarse conceptualmente porque yo estoy en un plano más elevado… Él está en un plano 2, pero tenemos la fortuna desde los planos elevados de poder comunicarnos con los planos más densos, y capto el concepto mental de esta entidad que reitero está en el plano 2…
Interlocutor: ¿Pero quién es esta entidad? ¿Tiene alguna relación con…?
Ron Hubbard: Es una entidad que encarnó en el plano físico y fue conocida como el asesino serial llamado Zodíaco…
Interlocutor: ¿Estamos hablando, concretamente, del famoso Asesino del Zodíaco?
Ron Hubbard: Correcto…
Interlocutor: ¿Usted quiere que lo contactemos directamente a él?
Ron Hubbard: Creo que eso sería lo oportuno…
Interlocutor: Está bien, ¿pero antes podría dar un panorama del asunto?
Ron Hubbard: Es una entidad de otro planeta… Es un planeta similar al de los Laserta, es un ser de ADN lagarto, pero tiene forma más que humanoide, casi humana. Su piel es más grisada que la del humano. Es una raza bastante avanzada a la que prácticamente no se le notan las escamas. No digo que a ojos vista podría pasar por un humano porque no es así, pero en época invernal, totalmente vestido, con lentes oscuros y sombrero, perfectamente podría pasar por un humano normal por su forma de andar, por su forma de caminar…
Interlocutor: Usted había dicho en la sesión pasada que el Asesino del Zodíaco estaba relacionado con el Área 51…
Ron Hubbard: Sí, así es…
Interlocutor: Si le parece, entonces, convocamos a esta entidad y luego lo volvemos a convocar a usted…
Ron Hubbard: Me parece perfecto…
Interlocutor: Adelante, entonces…
Zarak: Quería comunicarme hace tiempo para contar sobre mi astucia, sobre mi manera de ser, sobre mi manera de pensar… Yo me llamo Zarak.
Interlocutor: ¿Tú eres un espíritu del plano 2?
Zarak: Estoy en plano 2.2, pero es lo que menos me interesa… A mí no me molesta tener roles del ego, no me molesta tener engramas, no me molesta nada…
Interlocutor: ¿Por qué no nos relatas desde el principio lo que te sucedió cuando encarnaste? ¿Dónde encarnaste?, empecemos por aquí.
Zarak: Mis padres venían en una nave y estaban siguiendo a una nave de Anthea, la que se estrelló en lo que vosotros conocen como Roswell…
Interlocutor: ¿Pero de dónde provenían?
Zarak: Nosotros provenimos de Barak, que está a 600 años luz de vuestro mundo…
Interlocutor: ¿Vinieron en alguna misión a la Tierra?
Zarak: Queríamos investigar motores que suponíamos gravitatorios de la nave de Anthea… Cuando digo “queríamos” es una forma de decir porque yo no estaba encarnado en realidad..
Interlocutor: ¿Quiénes estaban en la nave?
Zarak: En la nave estaban mi padre, que era una especie de geólogo, mi madre y dos masculinos más…
Interlocutor: ¿Te concibieron en la nave?
Zarak: No, no me concibieron en la nave… La nave cayó a tierra meses después de haber caído la nave de Anthea en Roswell…
Interlocutor: ¿Ustedes por casualidad tuvieron algo que ver con la caída de la nave de Anthea?
Zarak: No, nosotros no tuvimos nada que ver…
Interlocutor: ¿Por qué cayó a tierra la nave de ustedes?
Zarak: Directamente tuvimos una falla, porque hasta la civilización más avanzada puede tener fallas… Nuestra nave colisionó con la tierra seis meses después de la caída de la nave de Anthea… Mi madre me tenía a mí en sus entrañas, y el que era mi padre y otros dos científicos que lo acompañaban murieron, y gente del Área 51 se apoderaron de la nave y tomaron prisionera a mi madre. Enseguida se dieron cuenta de que ella estaba gestando en su interior…
Interlocutor: ¿De qué año estamos hablando?
Zarak: Casi entrando a 1948…
Interlocutor: Sólo por curiosidad, ¿qué medidas tenía la nave?
Zarak: Era una nave bastante pequeña…
Interlocutor: O sea que venía de una nave madre…
Zarak: Venía de una nave madre que estaba más allá del sistema solar, que al no tener novedades en su radar subsónico nos abandonaron… Cuando hablo del radar subsónico significa que hay una especie de grietas donde el radar es como que cortara camino, y aun habiendo casi 6 horas luz de donde estaba la nave a este planeta se podía captar perfectamente la emisión… Cuando dejaron de captar la emisión entendieron que algo había pasado y se retiraron…
Interlocutor: Entiendo… ¿Qué medidas tenía la nave?
Zarak: La pequeña nave tenía apenas 25 metros de diámetro por 15 metros de alto, y como dije antes fue llevada a lo que conocéis como Área 51… A las pocas semanas mi madre larga una especie de capullo, que es absolutamente blando –a diferencia de los huevos de vuestras aves que es duro–, como el de algunas especies de quelonios de vuestro mundo…
Interlocutor: ¿Estamos hablando de tortugas?
Zarak: Sí, estamos hablando de tortugas… Al poco tiempo el capullo se endurece y entonces nazco…
Interlocutor: ¿Te pudieron atender bien? Me refiero a si había allí alguien de tu raza o similar que entendiera sobre ese tipo de parto…
Zarak: No, no había nadie como tú dices…
Interlocutor: O sea que fue un poco azar el que pudieras nacer sin contratiempos…
Zarak: Estudiaron el ADN de mi madre… Muy adelantados estaban en esa Área a pesar de que eso pasó hace ya más de medio siglo…
Interlocutor: Bueno, pero en el Área 51 ya había extraterrestres en esa época…
Zarak: Por supuesto, porque los estudios genéticos que se hacían allí aún no habían sido hechos en ninguna parte de este planeta…
Interlocutor: Entiendo…
Zarak: Tuvieron que pasar décadas para que se igualaran los estudios genéticos que se hacían allí…
Interlocutor: ¿Cuál era tu morfología?
Zarak: Normal, igual que el ser humano terrestre pero con piel agrisada, los ojos con pupilas ovaladas verticales…
Interlocutor: ¿Provenías del reino animal?
Zarak: Sí, por supuesto, era reptil, como vosotros decís aquí en este mundo, con una inteligencia por encima del promedio normal, pero me sentí como bestia en cautiverio durante muchos años…
Interlocutor: ¿Cuántos años estuviste en el Área 51?
Zarak: Estuve cerca de 18 años…
Interlocutor: ¿O sea que a los 18 años escapaste?
Zarak: Así es, muy mortificado…
Interlocutor: ¿Cómo pudiste escapar de un lugar tan custodiado?
Zarak: Por algo que se llama confianza, porque empecé a cooperar con ellos… En realidad, teóricamente yo era terrestre… Era hijo de extraterrestres pero no era extraterrestre… Si bien no era humano, tampoco era extraterrestre…
Interlocutor: Eso está claro…
Zarak: Si bien no conocía nada de mi mundo porque nací fuera de él…
Interlocutor: ¿Qué te daban de comer?
Zarak: Me daban una comida especial en base a dieta de verduras, cereales…
Interlocutor: ¿Carne no?
Zarak: No, carne no…
Interlocutor: ¿Cómo te comunicabas? ¿Con algún aparato?
Zarak: No, porque mi garganta estaba como adecuada para poder hablar y aprendí enseguida el idioma inglés…
Interlocutor: ¿Llegaste a hablarlo bien?
Zarak: Lo hablaba perfectamente, casi fluidamente, ya que me crié como un bebé terrestre normal…
Interlocutor: Ahora bien, ¿en esos 18 años dentro del Área 51 no tuviste ningún instinto extraño?
Zarak: No por fuera, pero por dentro me guiaba el odio, porque sabía todos los experimentos que habían hecho con mi madre…
Interlocutor: ¿Cuándo murió tu madre?
Zarak: Sucumbió cuando yo tenía 6 años…
Interlocutor: ¿Murió a causa de los experimentos que hicieron con ella?
Zarak: Así es, murió a causa de los distintos experimentos…
Interlocutor: ¿Puedes relatar algunos?
Zarak: Experimentos sanguíneos, experimentos de piel, experimentos de un tipo cardiovascular similar al terrestre…
Interlocutor: ¿Tenían alguna finalidad concreta esos experimentos?
Zarak: No entendían en absoluto cómo nosotros podíamos ser atérmicos, porque a diferencia de los reptiles terrestres, que para vosotros tienen sangre fría… En realidad no es que tengan sangre fría, simplemente es una sangre que se adecua más a la temperatura ambiente un poco más baja, y entonces de esa manera resisten más las diferencias de temperatura, no como vosotros que sois más endebles a los cambios de temperatura por tener sangre como vosotros llamáis “caliente”…
Interlocutor: Entiendo…
Zarak: Mi temperatura corporal estaría entre los 33º y 34º, pero en todo lo demás tenía los mismos aparatos que vosotros, corazón, pulmones, riñones, esófago, estómago…
Interlocutor: Por lo que me dices veo que tú nada pudiste hacer para ayudar a tu madre…
Zarak: No, no pude hacer nada, pero por dentro tenía un rencor tremendo contra toda la raza humana… Nos diferenciaba una sola cosa: vosotros tenéis cinco dedos, cuatro y uno opuesto, al que llamáis “pulgar”…
Interlocutor: Exacto…
Zarak: Nosotros en cambio tenemos sólo tres y uno opuesto, es decir que tenemos un dedo menos…
Interlocutor: ¿Con esos dedos podías manejar incluso computadoras?
Zarak: Perfectamente… Me había ganado la confianza, mostraba entusiasmo, sentía como una avidez tremenda por aprender, me había ganado su confianza más aún sabiendo que el ser humano es presa del halago, entonces lo que yo hacía era halagarlos, halagarlos…
Interlocutor: ¿Todo lo que hacías era en miras a escapar en algún momento?
Zarak: Así es, siempre en miras a escapar…
Interlocutor: ¿Y cuál era el trabajo que hacías en el Área 51?
Zarak: Ayudaba, directamente ayudaba a todo aquel que quisiera investigar, yo mismo me dejaba sacar sangre, me medían los ojos, hasta dónde podía ver en la oscuridad… Yo tenía una visión distinta, si bien podía ver igual que vosotros todos los colores… Cuando había poca luz mi vista cambiaba, cambiaba por completo, y entonces podía visualizar como si fuera una visión térmica, como tienen algunos reptiles, veía los cuerpos en rojo, digamos… ¿Se entiende?
Interlocutor: Sí, perfectamente, algo similar lo hemos visto en las películas de ciencia ficción… ¿Cómo escapaste?
Zarak: Fuimos en una misión con dos soldados, Parker y Johnson… Yo le había pedido por favor a uno de los generales de acompañarlos en esa misión…
Interlocutor: ¿Pero cómo ibas a pasar desapercibido?
Zarak: Iba a pasar desapercibido porque íbamos a ir todos de uniforme y con unos anteojos oscuros para protegernos del sol…
Interlocutor: Lo que no entiendo es cómo te permitieron ir…
Zarak: No hay una explicación del por qué, sólo que me permitieron ir…
Interlocutor: ¿Esa misión a dónde era?
Zarak: Era una misión cerca, bastante cerca…
Interlocutor: ¿Terrestre, diríamos?
Zarak: Sí, totalmente…
Interlocutor: ¿Y qué sucedió?
Zarak: Íbamos en un vehículo de los que vosotros llamáis “Jeep”, y a los 4 ó 5 kilómetros, como sabía que a la tarde volvíamos, los maté a ambos… Los tres teníamos un reloj que adentro tenía un chip de señales… Fíjate que estoy hablando de medio siglo atrás…
Interlocutor: ¿No lo tenías en la piel, entonces?
Zarak: No, no lo teníamos en la piel… Eso fue una falla de ellos que a mí me vino excelentemente bien… Entonces mi reloj lo puse en la muñeca derecha de Johnson, del cadáver de Johnson, y las señales seguían emitiéndose perfectamente…
Interlocutor: ¿Y luego qué hiciste?
Zarak: Luego me fui caminando hasta llegar a una carretera donde encontré a una joven adolescente y le comenté que estaba perdido, que había sido abandonado por un amigo en el desierto y que quería llegar a un pueblo cercano.. Tuve la suerte de que la joven no desconfiara…
Interlocutor: ¿Pero no te vio nada extraño?
Zarak: Yo estaba con los anteojos puestos y me había cambiado de ropa aprovechando que atrás, en una de las cajuelas del jeep, había trajes de civil…
Interlocutor: ¿Tenías también todo el rostro cubierto?
Zarak: Tenía una gorra y no se notaba directamente nada anormal, solamente la piel…
Interlocutor: Entiendo…
Zarak: Cuando me preguntó, porque obviamente me vio, lo que pasaba en mi piel, que era como gris, le dije que se trataba de una enfermedad que no era contagiosa para nada por lo que no debía tener miedo alguno y entonces no opuso ningún reparo…
Interlocutor: Es un poco sorprendente que te haya salido todo bien…
Zarak: Digamos que la fortuna me favoreció…
Interlocutor: ¿Recuerdas cómo se llamaba esa adolescente?
Zarak: Sí, lo recuerdo, se llamaba Jennifer…
Interlocutor: ¿La mataste?
Zarak: No, a ella no la maté…
Interlocutor: Bien, tienes 18 años, lograste escapar, ¿cómo sigue entonces tu historia?
Zarak: Fui a distintos pueblos con la finalidad de que quienes me buscaran perdieran mi rastro…
Interlocutor: ¿Y cómo hacías para comer?
Zarak: Iba a diferentes posadas, trabajaba en la cocina, me permitían estar… Recuerda y ten en cuenta que yo no era muy distinto teniendo la gorra siempre puesta…
Interlocutor: ¿Y no te preguntaban nada?
Zarak: Cuando me preguntaban por los anteojos oscuros les decía que tenía un problema en la vista, el mismo problema que había afectado mi piel, pero que no era nada contagioso…
Interlocutor: Entiendo…
Zarak: Conque me pagaran unos dólares para mí era suficiente y para ellos también…
Interlocutor: ¿Pero en concreto cuál era la meta tuya al escapar?
Zarak: Vengarme, desquitarme de la mayor cantidad de gente posible…
Interlocutor: ¿Y no tenías miedo de morir?
Zarak: No me preocupaba la muerte, lo que yo quería era vengarme de la raza que había matado a mi madre…
Interlocutor: O sea la terrestre…
Zarak: Por supuesto… La mataron haciendo experimentos con ella…
Interlocutor: Continúa con tu historia, por favor…
Zarak: Llegué a un lugar llamado San Diego, en California, ya corría el año 1967 y conocí a un hombre que parecía bastante, bastante misterioso… Se llamaba Diego Carson y era una persona mística, en su casa prendía velas, tenía imágenes en las paredes con estrellas… Yo no entendía, y le preguntaba qué es esto, y él me respondía que podía saber el destino de cada persona mediante algo que se llamaba Astrología… En el fondo, en esos 18 años terrestres, yo había estudiado tanto de tantas cosas que solamente creía en lo tangible… Tenía tanto conocimiento de astronomía como el mejor de los astrónomos, de física como el mejor de los físicos…
Interlocutor: ¿Conocimientos aprendidos en su totalidad en el Área 51?
Zarak: Sí, porque allí tenía todo a mi disposición…
Interlocutor: ¿Tenías alguna comunicación con tu Thetán?
Zarak: Para nada, yo ni siquiera sabía en ese momento que existía tanto una parte física como una parte espiritual…
Interlocutor: Está bien, adelante…
Zarak: En el Área 51, y estamos hablando de 1954 ó 1955 o 1956, había grandes computadoras a las que me permitían acceder… No tenían nada que ver con las computadoras actuales que tienen una pantalla, directamente uno hacía cálculos y salían pequeñas cintas donde daba el resultado, pero para nosotros era sumamente valioso… Fíjate que la más pequeña de las computadoras actuales tiene muchísima más capacidad que esas viejas computadoras…
De todas maneras me ha servido de mucho para aprender, y gracias a ese Diego, justamente de San Diego, entendí la debilidad del humano, y la debilidad del humano era la superstición, porque ese hombre era extremadamente supersticioso…
Interlocutor: ¿Lo mataste?
Zarak: Sí, lo maté, y fue el primero que maté…
Interlocutor: ¿Nunca tuviste afecto por algún ser humano?
Zarak: No, porque no me interesaba para nada…
Interlocutor: ¿En los anales policíacos esta muerte se te atribuye a ti o no lo saben?
Zarak: Tuve infinidad de sospechosos, distintos crímenes…
Interlocutor: ¿Cuántas personas mataste en total?
Zarak: En total maté 67 personas, muchas más de los que ellos suponen… Además, ellos empezaron a llevar cuentas a partir de la década del 70, es decir, 3 años después de que yo estuviera en lo que se conoce como California…
Interlocutor: O sea que tu meta era asesinar cuantas más personas pudieras mientras sobrevivías…
Zarak: Así es… Había muchos sospechosos y también había muchos investigadores… Había un detective que se llamaba David [Toschi], excelente investigador, y había también un periodista… [Paul Avery]. Tanto el detective como el periodista, que finalmente llegaron a conocerse, anduvieron durante mucho tiempo sobre mi pista…
Interlocutor: ¿Pero cuál fue la razón fundamental por la que no te atraparon?
Zarak: La razón por la que no me atraparon fue fortuita, como todo lo que me acompañó… Había un hombre al que le encontraron huellas de ADN y sangre y al que finalmente acusaron [Arthur Leigh Allen], pero realmente la policía dudó hasta el último momento si él era el culpable de todo…
Interlocutor: ¿Cómo se llamaba esta persona?
Zarak: Verdaderamente había matado a un par de chicas, pero las había matado por causas emocionales…
Interlocutor: ¿Pero cómo se llamaba esta persona?
Zarak: A mí lo que me interesa es contar de mí, lo que pasó conmigo…
Interlocutor: De acuerdo…
Zarak: Gracias a la superstición, gracias a todo lo que es la debilidad humana, yo fingía dar pistas, dibujaba un círculo cruzado con una línea horizontal y otra vertical, a veces ponía números, a veces ponía grados, y a veces les ponía pistas…
Interlocutor: ¿Y todo eso no significaba nada?
Zarak: Así es, todo eo no significaba nada…
Interlocutor: ¿Nada en absoluto?
Zarak: Nada en absoluto… La mayoría de las pistas eran falsas… Era un rompedero de cabeza para ellos…
Interlocutor: Uno de los criptogramas creo que fue resuelto…
Zarak: Sí, pero…
Interlocutor: ¿No tenía ninguna clave ni ninguna importancia?
Zarak: Así es… Lo que a mi me interesaba… Finalmente le tomé el gusto a jugar, porque estos seres me parecían endebles en todos los aspectos, absolutamente endebles… Y lo que yo hacía era jugar con ellos…
Interlocutor: Entiendo el punto…
Zarak: Y yo no era un asesino serial que violaba y mataba, y seguramente eso lo habrán constatado los médicos… A mí me daba lo mismo matar mujeres como hombres, a todo el que se metía en mi camino… Había incluso un artista conocido para la época, más bien de segunda categoría, que tenía comunicación con el periodista, y varias veces estuvieron cerca de mi pista, pero jamás me iban a encontrar, porque yo iba dos o tres pasos delante de ellos, siempre señalando pistas falsas…
Interlocutor: ¿Tenías alguna facultad, alguna intuición que te ayudara a advertir el peligro?
Zarak: No, simplemente era más listo que ellos, pues yo sabía con antelación los movimientos que iban a hacer como el jugador de vuestro ajedrez que anticipa los movimientos del adversario… Yo sabía hacia donde se iban a dirigir. Es como cuando tú de pronto quieres atraer a un animal y le vas sembrando comida y el animal se acerca…
Interlocutor: Entiendo…
Zarak: Bueno, de la misma manera hacía yo…
Interlocutor: De cualquier manera me queda la duda de cómo, teniendo una apariencia distinta, nunca te han descubierto, ni siquiera alguien abriendo la puerta del baño por error, como muchas veces sucede, y por ejemplo descubrir que la persona que estaba adentro era en realidad un reptil…
Zarak: Es que tú en tu mente te imaginas un reptil terrestre, y yo era absolutamente distinto de un reptil…
Interlocutor: ¿Cuál era entonces la diferencia?
Zarak: La diferencia que tenía con un reptil terrestre, el más avanzado que tú puedas nombrar, es superior en 10 veces a la diferencia que tú puedas tener con el troglodita más antiguo de vuestro mundo…
Interlocutor: Ahora capto perfectamente la idea…
Zarak: Imagínate un ser peludo de 85 cm. de altura, con un cráneo de 350 cm3, comparado contigo… Tal la evolución en millones de años… Bueno, imagínate lo mismo y mucho más…
Interlocutor: Está claro…
Zarak: Primero, yo no tenía escamas, mi piel era apenas grisada, mis ojos sí se podían notar como muy diferentes a la luz del día porque las pupilas se achicaban y estaban en forma vertical…
Interlocutor: Pero de cualquier manera tenías tres dedos…
Zarak: Sí, ¿y qué?
Interlocutor: Claro, podía interpretarse como una malformación…
Zarak: La gente no se fijaba para nada en eso, además no tenía tres dedos sino cuatro, uno en oposición, como ustedes el pulgar…
Interlocutor: Por curiosidad, ¿cuántos dedos tenías en los pies?
Zarak: En los pies tenía también cuatro dedos…
Interlocutor: Está claro… Ahora bien, el día tiene 24 horas, parte para dormir, parte para trabajar, ¿y el resto exclusivamente para maquinar sobre cómo matar gente nada más? Me refiero a que si esto era tú única actividad…
Zarak: Y alimentarme… Además, generalmente dormía de día aprovechando para salir de noche, ésa era mi única actividad…
Interlocutor: ¿Cuántas horas trabajabas por día?
Zarak: Trabajaba un promedio de 4 horas por día únicamente en distintas posadas, en distintos bares, sin llamar la atención, nunca metiéndome para nada con nadie…
Interlocutor: ¿Cómo te hacías llamar?
Zarak: Me hacía llamar Freddy…
Interlocutor: Hay una película de terror en la que hay un personaje llamado Freddy que mata gente… ¿Hay alguna relación contigo?
Zarak: No, en absoluto, eso es una fantasía…
Interlocutor: Está bien.. Otra de las dudas que tengo es cómo desde el Área 51 no te pudieron ubicar…
Zarak: Supongo que me habrán buscado… Lo que pasa es que en aquel entonces no había el rastreo satelital, no había satélites… Si bien a partir del año 1957 subieron el primer satélite, hasta que  hubiera la búsqueda satelital pasaron muchas décadas más. No es la tecnología que existe ahora, e incluso ni siquiera el Área 51 la tenía… Estaban avanzados con la física, estaban avanzados con motores gravitatorios debido a lo que sacaron de otras naves… Sabían de campos energéticos y tenían conocimientos de ADN que no lo dieron a conocer al resto del mundo, pero igualmente estaban limitados por la época…
Interlocutor: Entiendo… Tengo una curiosidad: ¿hasta qué punto supiste lo que sucedía en el Área 51? Supongo que ciertas zonas estarían vedadas para ti…
Zarak: Sí, por supuesto… De todas maneras hay algo que es cierto, como dicen aquellos seres que se contactan conmigo de otros planos de Luz, que el ego ciega. Yo, como ser encarnado, como Zarak, estaba ciego de odio. Aprendía, es cierto, pero mi avidez no estaba en querer curiosear, sino en vengarme, en desquitarme.
Seguramente, si uno lo analiza fríamente, tal vez veréis como algo desprolijo lo que hice…¿No me resultaba acaso mucho más fácil con mi conocimiento crear un gas o un agente virósico y desparramarlo en una ciudad o en un gran motel y matar directamente a cientos de personas en lugar de estar haciendo esto tan desprolijamente durante tantos años, que lo único que me producía era desgaste y no satisfacción?
Interlocutor: Sí, en cierta manera es lo que uno se pregunta…
Zarak: La respuesta es que el engrama, como le llamáis vosotros, que recibí al ver cómo experimentaban con mi madre, mientras yo tenía que hacerme el indiferente, como que no me interesaba, mientras veía que el único ser con el que estaba conectado carnalmente, para decirlo de alguna manera, me provocó un corto gravísimo en mi decodificador, lo que vosotros llamaríais “locura”…
Ese engrama no impidió que siguiera teniendo mi gran inteligencia en cuanto aprendizaje, pero sí me hizo desordenado, desordenado por completo en querer vengarme.. Lo pienso fríamente ahora como entidad espiritual del plano 2.2… Hubiera sido menos desgastante vengarme con un arma biológica y hubiera sido más efectivo…
Interlocutor: Está claro lo que dices… Antes de que me olvide quiero preguntarte cómo desencarnaste… ¿Fue natural tu desencarnación?
Zarak: No, desencarné porque me sentía muy mal de la parte de los pulmones… Me extraje sangre yo mismo…
Interlocutor: Obviamente no podías ir a ningún médico…
Zarak: Fui a un médico, a un médico llamado Aaron Rosenfeld, en las afueras de la zona de Los Ángeles, que tenía un ayudante que se llamaba Joseph Prefil y que trabajaba en el laboratorio de este médico, y luego de matarlos a ambos analicé mi propia sangre y con lo que yo ya conocía me di cuenta que me quedaba poco tiempo de vida, porque algo pasaba en mi cuerpo… Y fíjate el tiempo que estuve, prácticamente 10 años, desde 1966 a 1976, cometiendo tropelías…
Interlocutor: ¿Qué edad tenías cuando desencarnaste?
Zarak: Desencarné en 1976… Yo prácticamente había nacido en 1948, así que tenía menos de 30 años de este mundo…
Interlocutor: ¿A qué edad desencarnan como promedio en tu planeta? Me refiero al promedio de vida… ¿Lo llegaste a saber?
Zarak: Sí, lo llegué a saber por mi madre: entre 110 y 120 años terrestres…
Interlocutor: ¿Cómo es que no encontraron tu cuerpo? ¿O sí lo encontraron?
Zarak: No, no lo encontraron…
Interlocutor: ¿Y cómo pudo haber sido?
Zarak: Zarak: Porque en los últimos tiempos, cuando yo ya sabía que me quedaba poco tiempo de vida fui directamente al mar, al océano Pacífico… Yo había comprado con los ahorros que tenía una pequeña lancha y me fui al mar, me puse unos contrapesos, tomé unos somníferos muy potentes, y cuando estaba a punto de dormirme, a varias millas de la costa me lancé al agua hundiéndome en las profundidades…
Interlocutor: O sea que fue un suicidio…
Zarak: Así es… Cuando desencarno me veo como espíritu nuevamente…
Interlocutor: En el plano 2…
Zarak: Así es… Sentía como un enorme desencanto… No me importaba el plano… Sentía un enorme desencanto y me sentía mal porque no había hecho las cosas bien…
Interlocutor: ¿Pero al desencarnar no te diste cuenta que todo había sido un rol? ¿O seguías apegado al rol del plano físico?
Zarak: Seguía teniendo odio…
Interlocutor: ¿Y ahora seguís teniendo el mismo apego a ese rol?
Zarak: No, ahora no, tal vez por haber recorrido ese doloroso incidente de mi madre…
Interlocutor: ¿Quieres que lo repasemos de nuevo para liberarlo totalmente de carga?
Zarak: Ella se llamaba Lirah…
Interlocutor: Obviamente tu madre no sabía hablar inglés…
Zarak: No, porque prácticamente no aprendió nada como para comunicarse…
Interlocutor: Tu madre murió en los experimentos, ¿es así?
Zarak: Así es…
Interlocutor: ¿No tuvieron piedad alguna para con ella?
Zarak: No, para nada, pero en realidad a ellos no les importaba mucho que se muriera porque me tenían a mí, y yo cooperaba todas las veces que ellos quisieran… Yo lo que quería era aprender… Me mostraba con ansiedad… Cuando venía un superior y me decía “queremos extraerte sangre” o “queremos mirar tus pupilas” yo me prestaba dócilmente…
Me ponían un aparato en los ojos… Ellos sabían que yo tenía visión térmica nocturna, analizaron todo, digamos que les serví de ayuda, pero era para ganarme su confianza…
Tenían más confianza conmigo que con muchos otros y por eso me dejaban suelto como si fuera un animalito poco peligroso, y yo siempre sonriente, porque teníamos la capacidad de reír como un humano…
Incluso tenía un amigo llamado Peter, un joven que tenía mi misma edad… Era poco agraciado por que era muy bajito, con dientes muy prominentes, usaba lentes con muchísima graduación, pero era una lumbrera por todo lo que sabía…
Interlocutor: O sea que no hiciste ningún amistad en al Área 51…
Zarak: Salvo ese Peter, pero en realidad era para ganarme su confianza porque él era muy querido y respetado, porque siendo tan joven era como un supergenio…
Interlocutor: Por curiosidad nada más, ¿hubo algún presidente de los Estados Unidos que se haya presentado en el Área 51 y te haya conocido?
Zarak: No, para nada…
Interlocutor: ¿Ninguna alta personalidad tampoco?
Zarak: No, solamente militares y científicos, y déjame retirar ahora porque quiero estar solo con mis elucubraciones…
Interlocutor: De acuerdo…
Zarak: Hasta todo momento…
Interlocutor: Hasta luego, Zarak… ¿Ya está incorporado nuevamente, Maestro Ron?
Ron Hubbard: Así es…
Interlocutor: Bueno, ha sido un asunto bastante curioso…
Ron Hubbard: Percibo en este querido receptáculo una tremenda carga… Tú sabes que el receptáculo, cuando recién empezó a canalizar hace un poco más de una década, visualizaba lo que visualiza la entidad que está relatando, pero desde un año a esta parte no solo visualiza sino que también siente la emoción que siente el que relata…
Por eso yo decía en la canalización pasada que no importaba la fidelidad, importaba la intensidad también…
Entonces se puede tener un 99% de precisión de cómo se fluye al lenguaje hablado el concepto espiritual, pero también es importante cuando hay una psicoauditación o un relato, como en este caso, que también se ve de alguna manera como una psicoauditación a esa entidad llamada Zarak…
Interlocutor: Justamente eso iba a preguntar…
Ron Hubbard: La intensidad, la emoción, el odio, el dolor, el abandono que sintió al estar en medio de una raza distinta, los deseos de vengarse, todo eso lo percibió este receptáculo y yo en este momento siento la carga emocional…
Interlocutor: ¿Entonces lo dejaríamos descansar?
Ron Hubbard: Sí, sería conveniente… Igual te aclaro para tu tranquilidad que el receptáculo siente esta carga por uno o dos minutos, pues queda liberado por la propia euforia de la sesión…
Interlocutor: Está bien, pero antes de que se retire quería preguntarle si habría algo más que agregar al relato de Zarak, por ejemplo qué porcentaje de liberación tuvo esta entidad, ya que en definitiva la sesión se trató también de una psicoauditación… ¿10 %, 5 %...?
Ron Hubbard: Seguramente descargó hasta un 25 %, es decir que la sesión le sirvió también a la entidad que se presentó…
Interlocutor: O sea, en definitiva, que la sesión fue todo un éxito…
Ron Hubbard: Correcto… A esta entidad se la contactó con el ánimo de que refiriera y clarificara una historia, pero hicimos un intercambio de alguna manera, porque si descargó un cuarto de su estadío engrámico no deja de ser útil también para la entidad…
Fue útil para ti, en el sentido de que has tenido una versión de la historia, y es útil para la entidad porque ha descargado parte de su carga engrámica…
Interlocutor: Supongo que la entidad que se presentó ni siquiera por asomo imaginó que eliminaría parte de su carga…
Ron Hubbard: No, para nada, lo único que tenía era deseos de relatar, de jactarse de lo que hizo, pero a medida que iba relatando, a lo último se despersonalizó, si me entiendes lo que quiero decir…
Interlocutor: Sí, entiendo perfectamente…
Ron Hubbard: Se fue dando cuenta, al ver las cosas en frío, si se entiende, de que todo fue un error, porque él podía haberse desquitado de otra manera más grave para la raza humana, como por ejemplo haberse llevado del Área 51, sabiendo que tenía posibilidades de escapar, tubos con material virósico y haberlo desparramado en alguna ciudad numerosa, con la consecuencia de que podían haber muerto miles de personas…
En este caso doy gracias por esas pocas muertes –nunca me alegro de la desgracia ajena–, porque a veces es preferible el mal de uno antes que el mal de miles… ¿Se entiende?
Interlocutor: Sí, perfectamente…
Ron Hubbard: Entonces en este caso por suerte su decodificador quedó averiado, que si bien no minó su inteligencia sí minó su accionar aumentado por su desmedido ego y por esa mente reactiva que lo impulsaba a saborear más un crimen mano a mano antes que la alternativa de desparramar un virus que no lo hubiera hecho gozar…
Es preferible, nunca es preferible una muerte, pero quiero decir que entre 67 muertes y miles de muertes, obvio que siempre se elige el mal menor, porque el mal menor es cero violencia…
Interlocutor: El punto está claro… Ahora que me acuerdo me olvidé de preguntarle a Zarak de dónde surgió el nombre Zodíaco…
Ron Hubbard: Seguramente esa entidad copió, cuando conoció en San Diego a esa persona llamada Diego, muchas cosas de Astrología, y el firmar crímenes relacionados con el Zodíaco fue para crear un misterio aún mayor, para hacerlo más humano y que buscaran a una persona más humana…
Interlocutor: Como una especie de camuflaje…
Ron Hubbard: Así es… Y tuvo muchísima suerte de que le hayan permitido ir con dos soldados a una misión, así como también el hecho de que nadie le haya preguntado nada en las distintas posadas o bares al paso que se encuentran al lado de la carretera donde trabajó…
Interlocutor: Si, es bastante curioso…
Ron Hubbard: Fue guiado por la suerte, es decir que hay cosas a las que no hay que buscarle la vuelta, como dicen ustedes, directamente fue así… No encontraron nunca su cuerpo, seguramente comido por los peces… Y sí hubo una persona que fue culpada y que verdaderamente por un estado emotivo mató a dos mujeres y que fue acusado directamente por el detective llamado David y cuyo apellido no dio Zarak, que también fue encontrado gracias a su búsqueda…
Como epílogo se puede decir que fue un caso que no tuvo solución, y del que se han escrito libros e incluso filmado un par de películas… Esto lo estoy leyendo en el decodificador de muchos seres que están en el tema…
Interlocutor: Maestro, si yo quisiera buscar un dibujo que más se asemejara a Zarak, ¿con qué animal habría que relacionarlo?
Ron Hubbard: Con el ser humano…
Interlocutor: ¿No con un animal?
Ron Hubbard: No… Con un ser humano con orejas muy pequeñas, los ojos en lugar de ser de pupilas redondas de pupilas achatadas verticales, los dedos de las manos y los pies con cuatro dedos, la nariz muy pequeña, pero no chata como la de algunos aborígenes o los boxeadores, sino conservando la fineza, pero a su vez pequeña…
Interlocutor: ¿Y la boca normal?
Ron Hubbard: Así es, normal, y los ojos sí se notarían las pupilas como que sería distinto al ser humano, pero eso lo podía solucionar tranquilamente con lentes de contacto…
Interlocutor: ¿Morfológicamente por dentro, corazón, pulmones, etc., igual que el terrestre?
Ron Hubbard: Sí, así es… Lo único diferente, y que el mismo Zarak hizo notar, es que su sangre era más fría que la templada temperatura corporal del ser humano, que marca 37 grados y fracción…
Interlocutor: Bueno, creo que este asunto está completamente aclarado.
Ron Hubbard: Hasta todo momento, Horacio.
Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y gracias.


AUNQUE AQUÍ VEO UN ERROR PUES SEGÚN SE SUPO ALGUIEN VIÓ AL ZODÍACO & DE AHÍ SACARON EL RETRATO ROBOT, ENTONCES ¿CÓMO ESTÁ ESTO? PARA MÍ ES ALGO CONTRADICTORIO...

No hay comentarios:

Publicar un comentario